Desde que aprendí a hablar, estoy haciendo preguntas. Preguntas que nadie me contesta, inocentes preguntas a las que me responden con complicadas teorías, que no aclaran nada.
Quiero saber por qué pasa lo que pasa. Por qué somos como somos. Por qué las cosas son así y no de otra manera. Por qué hacemos daño a los otros. Por qué estamos siempre tratando de engañar. Por qué después de tantos siglos no hemos sabido comprendernos. Por qué hay guerras. Por qué hay pobres. Quién maneja los hilos. Donde está el corazón que hay que apuñalar. Por qué no podemos ser razonablemente felices.
Por qué, por qué, por qué...
Confieso que a veces no entiendo nada. Miro al mundo como un espectador y no comprendo a qué viene tanto escándalo, tanto ruido, tanta ambición, tanto movimiento y tanta prisa, para no ir a ninguna parte .
El día es un escándalo, la noche un secreto.
De día se ve lo que hay, de noche lo que se sueña .
De día se ven los palacios, el lujo, las pompas y la soberbia de los hombres.
La noche borra la grandeza y descubre la miseria.
De día se ve la tierra, de noche se ve el cielo.
De día, el negocio, la oficina, el taller.
De noche, el amigo, el amante, la familia.
El día se ha hecho para la materia.
La noche para el espíritu.
1 comentario:
Por qué... Son muchos los por qué, y sin embargo con tu visión del día y de la noche, me he llenado de respuestas. Gracias, amigo. Tus reflexiones son siempre bienvenidas. Sigue así, por favor.
Un abrazo.
CCH
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