viernes, 30 de noviembre de 2007

Tres minutos

En cierta ocasión me pidieron preparar un trabajo en TRES MINUTOS. Es clara evidencia, a mi entender, de que no es tan importante su contenido, sino más bien el desarrollo del mismo sobre papel o su locución caso de ser oral. Claro que, ello va ligado sobremanera al número de personas que vayan a presentar un trabajo de las mismas características de duración.

Ello me recuerda una anécdota que una vez leí, sobre un pleno del Congreso, al principio de nuestra democracia, cuando un diputado se excedió en el tiempo que el Reglamento concede para su intervención, encendiéndose dos veces el semáforo que tiene sobre el atril.

El presidente de la cámara le llamó la atención al orador, y éste replicó. - Déjeme el señor presidente TRES MINUTOS más, pues estas cosas no se han podido decir durante cuarenta años. Y el presidente le contestó: - Si todos los que no han podido hablar durante cuarenta años lo hicieran durante TRES MINUTOS, no terminaríamos.

Posiblemente esté equivocado en mi exposición. Claro que, en mi caso, era la primera vez que me pedían presentar un tema a mi elección en un tiempo determinado, (TRES MINUTOS), pero sin embargo es curioso comprobar que, cuando se me ha puesto un límite de tiempo a un trabajo (TRES MINUTOS), se me ha atrofiado al pensamiento a la hora de elegir el tema, pues me lo he pensado mucho, encontrando varios temas, aunque sin decisión. Creo que sería muy diferente si, al contrario, se hubiese especificado un tema concreto donde, aparentemente, todo hubiese sido más sencillo, aunque, por otra parte, estoy seguro que me habría pasado como al orador del congreso; hubiera pedido a quién correspondiese un poco más de tiempo, posiblemente TRES MINUTOS.

2 comentarios:

M. dijo...

Aunque tres mimutos de felicidad, bien valen la pena ser cambiados por 100 años de soledad. Y digo esto, porque de poder elegirlo, me quedo con el primero. Que a veces tres minutos, pueden, a pleno, representar una eternidad. Miles de besos.

es dijo...

Ya ves... a veces me gusta "bucear" en tu "pasado".
Al leer esto, recordé una anécdota que me contaba mi padre(es real,pero no recuerdo quien lo dijo).

A un famoso orador que tenía que dar una conferencia le preguntaban "pero no va a preparar su discurso, como otras veces?

Y él contestó: "Uds. vayan a esta conferencia que darè, allí tendrán la respuesta".

Comenzó la conferencia y tardó...

!exactamente 3 minutos! el auditorio se puso de pie en masa para aplaudirlo.

El orador entonces explicó:

ESto que acabo de decir me llevó mas de tres meses elaborarlo, y lo dije en tres minutos.

En cambio,en otras ocasiones,
cuando escribí tres minutos me extendí en la conferencia 2 horas, y ya ven... a Uds. no les resultó tan interesante como esta exposición.

Besos