viernes, 12 de abril de 2013

RELATO BREVE


El otro día  tomando unas cañas con mi amigo Felipe, me decía, que la noche anterior, al llegar a su casa, se encontró a su mujer en la cama con un señor. Naturalmente – me seguía contando-, lo primero que hice fue preguntarle:
-¿Quién es ese señor?
Ella, roja como un tomate, no dijo nada.
Pero insistí:
-¿Quién es ese señor?
Ahora ella se quedó pálida como una tuerta (las tuertas también pueden estar pálidas) y tampoco dijo nada.
Por tercera vez rugí como un demonio:
-¿Quién es ese señor?
Y tampoco esta vez obtuve contestación.
Se lo he preguntado más de cien veces, sin que, hasta ahora, haya abierto su boca.
Tú no me conoces – me decía- pero yo soy muy testarudo. No sé lo que tardaré. Pero un día u otro acabara por decirme quién era ese señor.

Y es que hay que ser así. Porque como te vean débil de carácter, ya pueden pasar años, que nunca te dirán quién era aquel señor.

Genial, mi amigo Felipe.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial, amigo Manuel. Como todo lo que escribes.
Un abrazo.
Cris.

Manuel dijo...

Muy amable.