miércoles, 14 de enero de 2015

BOLSOS

Una de las cosas que siendo niño más sorprendieron en el cine fue una escena de Mary Poppins. Habría que verme la cara de asombro al observar todas y cada una de las cosas que sacaba de su bolso; cosas grandes, pequeñas, largas, cortas, estrechas, redondas y de todo pelaje.
Eso era autentica magia. Es la magia que, a esa edad, nos hace flotar por encima de las cosas que ocurrían a nuestro alrededor. Y sé que ustedes me entienden.
Lejos estaba en aquel momento de pensar que esa magia demostrada con un simple bolso en la pantalla, la iba a comprobar más adelante y de un modo real. Lógicamente me voy a referir a ella de una forma totalmente exagerada y bien cargada de ironía.
Y digo todo eso porque quién no se ha visto sorprendido alguna vez por la cantidad de cosas que hay en el bolso de una mujer… Y no sólo ya en cuanto a cantidad, sino también, en la diversidad de todo género. En algún caso hasta cosas inverosímiles que llegan a asombrarnos. Otra cosa es lo que les cuesta encontrar el objeto antes de sacarlo.
Tampoco faltarán esas frases ya comunes de: “Vaya, ahora no lo encuentro” “Anda, mira, aquí está lo que estaba buscando hace tiempo” “Juraría que lo metí en el bolso” y cosas por el estilo. Pero siempre se pronunciará la eterna coletilla: “Tengo que hacer limpieza en el bolso, que está…”.




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