Con la misma sencillez
y ternura que vinieron al mundo mis cuatro nietos, ha llegado otra
personita maravillosa y resplandeciente a la familia.
Todos queríamos saber antes de que naciera cómo serían sus
ojos, su cara, el color de su pelo o de su piel, tamaño y… al verla por primera
vez, desbordó todo cuanto nos habíamos cuestionado.
Vimos a un lucero divino que pronto abrió los ojos. Su cara
es un alarde de perfección; todo bonito, todo remanso. Llegó con su pelo negro
y abundante, con su pequeño cuerpo de rebosante salud, y su grácil sonrisa no
procurada.
Su hermana y sus primos se mostraron alborotados al mismo
tiempo que expectantes, mostrando felicidad y contentos de ver a su nueva compañera
de viaje y de juegos.
Ya tenemos a Vega en nuestra vidas, portadora de amor y de alegría.
Bienvenida, mi angelito.
2 comentarios:
Muchas gracias Manolo, somos afortunados de tenerte como abuelo, muestra de ello son estas pequeñas cartas que guardamos para cuando tus nietos sean mayores.
Preciosas lineas, Gracias!!
Publicar un comentario